Es micro-escuela otro modelo educativo
El periódico El Norte de Grupo Reforma, publicó un artículo sobre el modelo de micro-escuela y Acton Academy Monterrey
Hace hace unas semanas, muchas personas todavía creían que las escuelas con muchos niños era el entorno ideal. La creencia que de esa forma aprenden cómo es el mundo real y que el estudiar en grupos de decenas de niños, desarrolla sus habilidades sociales. Esto supone un mundo en el que las cualidades que más se valoran son seguir instrucciones, relacionarse con personas de influencia y encajar en la norma de lo establecido y lo conocido. Sin embargo, estas creencias se han visto cuestionadas recientemente gracias a que ahora los niños están en casa y mamás y papás pueden evidenciar qué están haciendo sus hijos, cómo aprenden y cómo el sistema educativo tradicional dista de ser lo que parece.
Las familias ahora están entendiendo que el mundo actual lo que realmente valora son personas con habilidades interpersonales, capaces de aprender por sí mismos, desarrollando adaptabilidad, flexibilidad mental y resiliencia, además de practicar la perseverancia para lograr sus objetivos.
“Una microescuela es un proyecto que se mantiene intencionalmente pequeño, para poder personalizar el aprendizaje de cada niño.”
La realidad es que en grupos pequeños, los niños se conocen, conectan. Esto desarrolla sus habilidades interpersonales y su inteligencia emocional, incluyendo empatía, cooperación, negociación, liderazgo y conciencia social.
En grupos pequeños, los niños aprenden unos de otros. Esto, aunado a que el grupo sea multiedad, es el entorno perfecto para desarrollar las competencias de aprendizaje auto dirigido y para toda la vida. Estos learners no esperan las respuestas de los adultos, de sus jefes, políticos o líderes religiosos. Ellos saben que las respuestas están en otros aprendices como ellos y en los libros que leen y que discuten entre ellos, en los momentos del día determinados para eso.
En grupos pequeños, los niños aprenden a su ritmo. No hay necesidad de que los más adelantados en cierta materia esperen al resto. Tampoco hay necesidad de que los más atrasados tengan que avanzar a pesar de que sólo entendieron parte de lo que tenían que aprender. En grupos pequeños (siempre y cuando los aprendices dirijan su propio aprendizaje) cada niña y cada niño aprende a perseverar, practica la paciencia y aprende a pedir ayuda para dominar los conocimientos que necesita para seguir avanzando en su camino. Todos se conocen, se respetan y desarrollan relaciones auténticas y de confianza; relaciones que no hay tiempo ni espacio para desarrollar en grupos grandes.
Lee la nota de El Norte aquí.
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