Ayúdales a creer que pueden alcanzar la excelencia
León Velázquez | Enero 16, 2021
A menudo nos conformamos con un trabajo de baja calidad porque subestimamos nuestra capacidad de crear un trabajo excelente.
Muchas veces subestimamos que la excelencia en el trabajo depende de la crítica constructiva.
La habilidad de recibir y ofrecer retroalimentación es lo que permite la mejora continua; genera momentum, productividad e impacto. Muchos no fuimos entrenados para pedir y dar retroalimentación, pero una vez que aprendes a hacerlo, aceleras tu viaje hacia la excelencia. La buena noticia para nuestros hijos es que nunca es demasiado temprano para aprender este arte.
El arte de la retroalimentación
Hace unos años, el autor y educador Ron Berger realizó un video donde comparte un proyecto que realizó con estudiantes de primaria para desarrollarles confianza por crear trabajo excelente, a través del prototipaje.
Lo hace contando la historia de Austin: un estudiante de primer grado, con el encargo de hacer un dibujo científico de una mariposa.
El profesor muestra progresivamente a los estudiantes seis versiones del dibujo. En cada uno, les orienta para dar una crítica amable, específica y útil para que Austin mejore su resultado.
El progreso desde el borrador primitivo a la excelente versión final, es un mensaje imperdible y poderoso para la tribu de aprendices, pero también para nosotros como padres, madres y guías:
a menudo nos conformamos con un trabajo de baja calidad porque subestimamos nuestra capacidad de crear un trabajo excelente.
Los pasos para lograr un trabajo excelente
1. Haz un primer prototipo de baja calidad.
Pasa de la idea en la cabeza a una primera versión primitiva usando papel, lápices, legos, barro, Power Point o lo que tengas a la mano. El medio no importa, lo que importa es poderlo sentir (ver, tocar, oler, probar, oir) para poderlo retroalimentar.
2. Solicita y escucha la retroalimentación.
Una vez que la idea existe en el mundo real, asume que ya no es tuya.
Entender esto es lo más importante para que sea más fácil atreverte a pedir retroalimentación. No estás solicitando una crítica a tí como persona, sino a ese prototipo que existe por sí mismo.
Sí: el prototipo existe por tí, pero no eres tú. Esto se dice fácil, pero pedir y recibir la crítica requiere mucho valor.
Recuerda que la retroalimentación es un regalo. Nadie tiene la obligación de dedicarte su tiempo para darte su opinión sobre lo que preguntas. Por lo tanto, cuando alguien lo hace, agradécelo. Aunque no te guste y no estés de acuerdo, agradece el regalo. Ya verás qué haces con él.
3. Haz un nuevo prototipo.
Integra la retroalimentación que consideres oportuna. No tienes obligación de aceptar el regalo que te hicieron, es decir, la opinión que recibiste.
Tómala en cuenta para entender mejor la perspectiva de la otra persona, pero sólo lo que creas que mejorará el prototipo.
Construye un nuevo prototipo y repite.
4. Solicita y escucha la retroalimentación, otra vez
Confía en el proceso. Trabajar con mentalidad de prototipaje parece ineficiente, pero paradójicamente es una forma más rápida de mejorar porque incorpora perspectivas a las que no tienes acceso si no pides la retroalimentación.
Con crítica y apoyo, todos somos capaces de mucho más de lo que imaginamos.
Te invito a ver el proceso en el video: "La historia de la mariposa de Austin"
Acton Academy es líder mundial en aprendizaje autodirigido.
Es la evolución de la educación Montessori para el siglo 21 y la única con más de 10 años de experiencia, desde su fundación en Austin, TX.
Cuenta con un proceso de excelencia basado en una red de más de 200 escuelas alrededor del mundo.
Acton MTY es la única acreditada en Monterrey por la prestigiosa International Association of Learner Driven Schools (IALDS). Esto certifica que cubre requisitos del Common Core (USA) incluyendo Matemáticas, Lecto-escritura, Humanidades, Ciencias y STEAM, proporcionando el andamiaje adecuado desde Preescolar hasta la Preparatoria.
Intencionalmente, Acton MTY no está incorporada a la SEP.
La admisión está abierta todo el año para niñas y niños de 4 a 11 años y recibimos aprendices aproximadamente, cada seis semanas.
Se trata de un proceso selectivo para asegurar que cada familia que ingresa, fortalece nuestra comunidad de aprendizaje.
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